Aquién se le ocurre abrir un videoclub en 2003? ¡Y además con un Blockbuster en la zona! Ya por aquel entonces, los videoclubes tradicionales estaban hincando la rodilla ante el empuje del eMule y sólo gigantes como la cadena estadounidense parecían rentables. Sin embargo, Andrés Santana, fundador de Ficciones de Cine, tenía claro que había un nicho de mercado poco explotado y decidió abrir un videoclub que, además de disponer de una selección de cine comercial de calidad, contase con una completa oferta de cine de autor e independiente. Casi nueve años después, de aquel gran Blockbuster sólo queda el recuerdo. Sin embargo, Ficciones sigue funcionando y creciendo cada día. Poco tiempo después de abrir su primer local, inauguró el segundo. Ambos en céntricas zonas de Madrid (Tirso de Molina y Malasaña). Un producto diferenteSantana convirtió su pasión por el cine en negocio. “Aprovechaba mis viajes a Barcelona para alquilar películas en versión original porque no conocía lugares en Madrid donde pudiera alquilar cine de autor, independiente, de calidad. La idea era montarlo en barrios donde viviera gente similar a mí, personas jóvenes, con estudios e interesadas por un tipo de producto diferente. Un nicho que pensábamos que era solicitado pero que presentaba poca oferta”, explica Santana. Para que la idea funcionara, había que hacer algo diferente que pasaba por ofrecer un catálogo al gusto de los clientes.