Yo no soy muy dado a ir a bares, pero sí lo soy a acudir a fiestas entre amigos, sobre todo si va a haber presente algún instrumento musical. Hace años que en las fiestas me abalanzo sobre alguno, normalmente el piano. Me siento y me pongo a tocar y a cantar como si de caminar por el parque se tratase. A la gente le sorprende que pueda sentarme y tocar casi cualquier canción que me pidan, pero para mí es fácil porque es algo que he hecho toda mi vida, y muchas veces lo agradecen porque las fiestas acaban siendo originales y divertidas (los vecinos no siempre opinan lo mismo).
Tengo un amigo que no tiene un don especial para la música, pero, sin embargo, tiene una memoria prodigiosa. Es detallista con las personas y nunca olvida un cumpleaños, aniversario de boda, o incluso fechas importantes para algún amigo que el propio amigo no recuerda. Eso representa una virtud que a él lo vuelve singular y hace que la gente lo valore más gracias a ello. Yo en esa área, al igual que en una larga lista de otras innumerables carencias, soy pésimo, y es bueno que sea consciente de ello.
Ahora viene lo importante:
Si yo intentase caer bien siendo detallista y recordando las fechas señaladas de mis seres queridos o si él intentase amenizar nuestras quedadas sentándose al piano o cogiendo la guitarra, ambos experimentos serían un desastre. Él debe centrarse en lo que él hace bien, y yo, también.
Hay dos maneras de aumentar tu valor en el mundo. Una es mejorando lo malo. La otra es explotando lo bueno. La clave del éxito no está en lo primero, sino en hacer lo segundo. Los que cambiaron el mundo no tomaron aquello que hacían mal y lo mejoraron hasta hacer algo con ello, sino que tomaron aquello que hacían bien y con ello crearon algo único. Explotaron su ventaja comparativa, aquella área que hacían mejor que nadie y con la que nadie podía competir: su pozo de petróleo.
Puedes pasarte años corrigiendo algo que no haces bien y a lo mejor podrás llegar a ser el doble de bueno en algo que hacías mal. ¿Resultado? En lugar de un poco de una virtud, tendrás «dos pocos», pero seguirás estando lejos de alcanzar la excelencia en ella. O bien puedes concentrar toda tu energía en tu ventaja comparativa y llegar más alto que otros que no la tienen. Si es tu ventaja comparativa, es porque tienes una habilidad natural, lo cual significa que el mismo sendero que otros ven cuesta arriba, tú lo ves cuesta abajo.
#88peldaños
El éxito no está en mejorar tus numerosos defectos, sino en explotar tus grandes virtudes.
@anxo8BELTS
No inviertas en corregir lo malo tanto como en explotar lo bueno
Del libro “Los 88 Peldaños del Éxito”
Anxo Pérez, CEO 8Belts.com (chino en 8 meses)
www.anxoperez.com