Nunca tengas miedo a la acción por miedo al fracaso. Muchos contemplan los fracasos como el enemigo del éxito. Consideran que, bien se tiene una vida de fracasos, o bien se tiene una vida de éxitos, y que si tienes lo uno, no tienes lo otro. A los que tienen esa perspectiva, les lanzo esta pregunta:
La vida, ¿se compone de noches o de días?
Respuesta: ni de lo uno ni de lo otro, sino de ambos.
Lo mismo sucede con los fracasos y los triunfos. Son complementarios y alternantes. Son ambos lados de una misma moneda. Por mucho que limes no podrás librarte de una de sus caras. Siempre tendrá dos. Por muy largo que sea el día de verano, siempre vendrá después de la noche. Por muchos fracasos que tengas, siempre irán acompañados de algún triunfo. No se alcanza el éxito evitando los fracasos, sino a pesar de ellos. Acompañan al éxito tanto como la cara a la cruz y la noche al día. No son... uno u otro, sino los dos.
No me interesa cuántos fracasos has tenido, sino qué has aprendido de cada uno de ellos.
Pretendamos por un momento que yo soy un business angel o inversor al que dos emprendedores le presentan sus proyectos. Les pregunto por los fracasos que han tenido tanto en su actual proyecto como en proyectos anteriores. El primero me responde que ninguno. El segundo me indica que ha tenido varios pero que se ha repuesto de todos y crecido con cada uno. Adivina con cuál me quedo.
Con el segundo.
¿Por qué?
Porque sé que es el segundo el que más barreras ha superado para llegar hasta su actual producto, y las barreras son entrenadores. Sin lugar a dudas, el segundo es más fuerte y está más preparado para el éxito.
Si les preguntara por el número de riesgos que cada uno ha corrido hasta llegar a su punto actual, sus respuestas, con total seguridad, demostrarían la correlación existente entre el riesgo y los fracasos. El primero fracasa menos porque es el que menos arriesga, y el segundo fracasa más porque fue es el que más riesgos corre.
Efectivamente existe una correlación casi irrompible entre riesgo y fracaso, pero también entre riesgo y triunfo. Los que más se arriesgan suelen ser los que más fracasan, pero también los que más acaban triunfando. Los que menos se arriesgan, fracasan poco, pero son los que menos triunfan.
Lo bueno de los fracasos es que cuando alcanzas el éxito da igual cuántos hayas tenido.
No hay nadie que cuestione la importancia de los entrenamientos para ser un buen equipo deportivo. Y nadie cuestiona tampoco que el entreno se componga de ejercicios de resistencia. Ningún músculo crece sin oponerse a una resistencia. ¿Por qué, entonces, si todos entendemos la importancia de los ejercicios de resistencia para ganar un partido no entendemos la importancia del fracaso para acercarnos al éxito? Igual que el entrenamiento no es tu enemigo, sino tu amigo de cara a la victoria, el fracaso tampoco es tu enemigo, sino tu amigo de cara al éxito.
De tu objetivo siempre te separa un número de errores, y con cada error que cometes te acercas un paso más a ese objetivo. Así que comételos. Es más indicativo de progreso cometer algún error que no cometer ninguno. Cometerlos es crecer. Si de la derrota has aprendido, entonces no lo es.
Del éxito se pueden extraer lecciones solo a veces. Del fracaso se extraen siempre.
@anxo8BELTS
Los fracasos son el cuentakilómetros del éxito.
#88peldaños
Del libro “Los 88 Peldaños del Éxito”
Anxo Pérez, CEO 8Belts.com(chino en 8 meses)
www.anxoperez.com