Si os gusta la diversidad, éste es vuestro sitio. Os gustará saber que las franquicias sin local comercial acogen proyectos de diferente naturaleza, de ahí que el abanico de opciones emprendedoras se enriquezca.
Los expertos empiezan por desvelar los negocios más proclives a este tipo de formato. Pablo Gutiérrez, director de Operaciones de mundoFranquicia Consulting, explica que suelen ser actividades comerciales, como la venta de publicidad a través de portales de Internet locales, asesoría y consultoría a empresas o servicios a domicilio. Eduardo Abadía, director gerente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), amplía el inventario. “Actividades como enseñanza a domicilio, venta y alquiler de inmuebles, administración de fincas, plataformas publicitarias, aplicaciones móviles, agencias de viaje, regalos personalizados… operan sin necesidad de poseer un espacio físico. Al final, la crisis ha provocado un aumento de estos conceptos, con inversiones de bajo coste, asequibles para cualquier bolsillo”.
Sin local, sin grandes desembolsos
Y es que una de las ventajas de adherirse a estas cadenas es que, por lo general, el desembolso es reducido. “No hay que preocuparse de la ubicación, de pagar un alquiler mensual, de las licencias o de las obras”, concreta Abadía. Si entráis en nuestro buscador de franquicias sin local, observaréis que la horquilla va de 600 a 100.000 euros, con la mayoría de enseñas en la franja baja, que engloba presupuestos de 1.500, 2.995, 4.000 o 6.700 euros, por mencionar algunos.
Llegados a este punto, debéis extremar las precauciones y preguntar a la central qué incluye el desembolso, desglosado por partidas. Tened en cuenta que se suele trabajar con algo intangible como un servicio, más difícil de cuantificar y de definir su importe.
Inversiones bajas, sí, pero también rentabilidades ajustadas, “por lo que, en ocasiones, son un complemento a otra actividad principal”, aclara Miguel Ángel Oroquieta, socio director de T4 Franquicias.
Gutiérrez recuerda que las barreras de salida suelen ser inferiores, al disminuir el desembolso y los costes fijos, con lo que el riesgo también mengua. “Eso sí, siempre y cuando la elección del modelo sea la adecuada”.
Manual de uso de enseñas sin local
Analizar la viabilidad del proyecto constituye uno de los factores críticos. “La clave es asegurarse que esa marca sin local es realmente una franquicia, con un saber hacer contrastado, y no una oportunidad de negocio, donde el asociado desempeña una labor comercial pero, a cambio, no recibe soporte, formación ni apoyo”.
En una línea similar, Santiago Barbadillo, director general de Barbadillo y Asociados, advierte sobre la necesidad de examinar la viabilidad comercial de aquello que vamos a vender. “En estos negocios, a veces resulta complicado definir cómo se va a comercializar la oferta, su potencial o el target del cliente”.
Gutiérrez profundiza en el planteamiento. “Hay que analizar de forma exhaustiva el modelo de negocio, asegurándote que existe demanda de los productos y/o servicios, y que posee valores diferenciales claros”.
En un escenario como el descrito, Barbadillo explica que la formación debería ser más laboriosa y prolongada que en un negocio con local. Y tampoco nos olvidemos de averiguar si se contempla una zona de exclusividad o, por el contrario, tendremos que repartirnos el mercado con otros actores.
¿Encaja tu perfil con estas franquicias?
Mucha atención. En la figura del asociado confluyen los principales factores críticos y riesgos. “La dificultad aquí radica en conseguir clientes, de ahí que el franquiciado tenga que poseer un intenso carácter comercial, acompañado de una gestión, en este ámbito, diseñada y ejecutada a la perfección por la central”, advierte Barbadillo.
El día a día, según relata Abadía, consiste en ‘moverse’ y captar a usuarios potenciales. “Para ello, es necesario una disciplina de trabajo exigente, invertir muchas horas, investigar posibles carteras de clientes, conocer muy bien el producto o servicio, organizar campañas para darse a conocer o fidelizar a nuestro público, entre otras actuaciones”.
Estamos, en definitiva, ante una actividad dependiente casi al 100% de la capacidad comercial del asociado. Si no os sentís cómodos en esta piel y no estáis dispuestos a levantaros de la silla y salir a la calle a vender, mejor que olvidéis lo leído hasta el momento.
Más oportunidades, de cosecha propia
A las oportunidades que los expertos enumeraron en los primeros párrafos, añadimos ahora las procedentes de nuestro buscador, una añada donde localizamos proyectos de consultoría en marketing online internacional, de comercio exterior o control de producción, de venta a domicilio de productos congelados y empanadas, de negocios centrados en la nutrigénetica–vertiente de la nutrición- o de corredurías de seguros. Casi sin pausa, seguimos con el listado: aplicaciones móviles donde se publicitan los comercios, empresas y autónomos locales, diseño de itinerarios formativos y estudios socioeconómicos, comercialización de edificaciones modulares y neumáticos.
Y como colofón, dos más: enseñanza de idiomas con modalidad de formación outdoor en empresas, colegios y guarderías; marketing olfativo y ambientación profesional.